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Apunte para "católicos" pro-aborto.

Introducción  

    La Iglesia no anda por ahí haciendo afirmaciones dogmáticas sobre fe y moral arbitrariamente, sino que se basa en investigaciones y estudios profundos, además de que siempre se basa en las escrituras y en la Tradición Apostólica. Un dogma no es una regla inventada arbitrariamente, sino que se trata de una verdad revelada, la Iglesia lo Único de lo que se encarga es de descubrir (mas no inventar) estos dogmas conforme el Espíritu Santo se los vaya revelando. Así que bueno, vamos por partes demostrando que esta doctrina no es nueva, sino que conforme pasó el tiempo fue consolidándose la seguridad de que es una verdad revelada por Dios mismo. 

    Primero (I)demostraré que la Infalibilidad del Magisterio está contenida en las escrituras. Segundo, (II), demostraré que ya era enseñada por los mismos padres de la Iglesia (es decir los cristianos primitivos). Después (III) demostraré que ya era verdad afirmada en los concilios ecuménicos y documentos oficiales de la Iglesia Católica desde la baja Edad Media e incluso en la Época del Renacimiento. Por último (IV) sostendré que no se puede tener fe ni se puede creer en las escrituras ni se podría afirmar con seguridad la existencia y reencarnación de Jesús si se sigue manteniendo alguna de estas dos posturar: a) La doctrina de la infalibilidad del magisterio es falsa y b) Que es falso que el aborto es una postura antimoral y contra la ley natural de Dios, y c) Que alguien puede ser proaborto y católico sin problema alguno entre estas dos posturas

Primera parte

I. Que a) la infalibilidad del Magisterio y b) del Papa ya está contenido en las escrituras, es decir, la Biblia.


A.     La infalibilidad del Magisterio, se puede encontrar fácilmente en la Biblia en los versículos del nuevo testamento, por ejemplo, tenemos por parte del miso Apóstol Pablo, este se refiere a la Iglesia como "la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad”, y además a Jesús mismo, refiriéndose a que los apóstoles aún no estaban listos para entender ciertas verdades, decía "Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello”, pero sin embargo envió al Espíritu Santo para que los guie en la verdad absoluta: “Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir” (ambos versículos en Juan 16:12-12) 


B.     Que la infabilidad del Papa ya se hacía presente en las Escrituras se ve constatado en el siguiente versículo: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»" (Mateo 16:18-19). 


Segunda Parte

II. Que a) la infalibilidad del Magisterio y b) del Papa ya está contenido en la Tradición Apostólica, es decir, ya la creían los primeros cristianos y Padres de la Iglesia.

A.     La infabilidad del magisterio se puede ver en los padres de la Iglesiam por ejemplo en san Ireneo en su obra “Contra los herejes” (al rededor del  año 180 D.C.) dice lo siguiente:


Conservamos esta fe, que hemos recibido de la Iglesia, como un precioso perfume custodiado siempre en su frescura en buen frasco por el Espíritu de Dios, y que mantiene siempre joven el mismo vaso en que se guarda. Este es el don confiado a la Iglesia, como el soplo de Dios a su criatura, que le inspiró para que tuviesen vida todos los miembros que lo recibiesen. En éste se halla el don de Cristo, es decir el Espíritu Santo, prenda de incorrupción, confirmación de nuestra fe, y escalera para subir a Dios. 

    En efecto, «en la Iglesia Dios puso apóstoles, profetas, doctores» (1 Cor 12,28), y todos los otros efectos del Espíritu. De éste no participan quienes no se unen a la Iglesia, sino que se privan a sí mismos de la vida por su mala doctrina y pésima conducta. Pues donde está la Iglesia ahí se encuentra el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios ahí está la Iglesia y toda la gracia, ya que el Espíritu es la verdad. Por tanto, quienes no participan de él, ni nutren su vida con la leche de su madre (la Iglesia), tampoco reciben la purísima fuente que procede del cuerpo de Cristo. «Cavan para sí mismos cisternas agrietadas» (Jer 2,13), se llenan de pozos terrenos [967] y beben agua corrompida por el lodo; porque huyen de la fe de la Iglesia para que no se les convenza de error, y rechazan el Espíritu para no ser instruidos. Enajenándose de la verdad, revolotean de error en error, andan fluctuando, opinando ora de un modo, ora de otro, según las ocasiones, y nunca llegan a afirmarse en una doctrina estable. 

    Prefieren ser sofistas de las palabras, a ser discípulos de la verdad. No están fundados sobre una Piedra, sino sobre arena ¡que esconde muchos sepulcros! Por eso se fabrican muchos dioses. Su excusa es decir que andan buscando (¡como ciegos!), pero de hecho nunca encuentran. Blasfeman contra el Demiurgo, o sea el verdadero Dios, que es quien nos concede encontrarlo, creyendo que han encontrado sobre Dios a «otro Dios», «otra Plenitud» y «otra Economía»
".


B.      Sobre la infalibilidad del Papa tenemos a Tertuliano: “¿Quién, pues, de mente sana puede creer que ignoraron algo aquellos que el Señor dio como maestros, manteniéndolos inseparables en su comitiva, en su discipulado, en su convivencia, a quienes exponía aparte todas las cosas oscuras, diciéndoles que a ellos era dado conocer aquellos misterios que al pueblo no era permitido entender? . ¿Se le ocultó algo a Pedro, que fue llamado piedra de la Iglesia que iba a ser edificada, que obtuvo las llaves del reino de los cielos y la potestad de desatar y atar en los cielos y en la tierra?” (Tertuliano. Prescripciones contra todas las herejías. Capítulo XXII.2-4. escrito al rededor del siglo II D.C)


Tercera Parte

III. Que esta verdad ya era afirmada en los Concilios Ecuménicos y documentos eclesiásticos de a) la Baja Edad Media hasta b) el Renacimiento:


A.     Tenemos en la baja Edad Media el concilio de Éfeso: 

    A nadie es dudoso, antes bien, por todos los siglos fue conocido que el santo y muy bienaventurado Pedro, príncipe y cabeza de los Apóstoles, columna de la fe y fundamento de la Iglesia Católica, recibió las llaves del reino de manos de nuestro Señor Jesucristo, salvador y redentor de género humano, y a él le ha sido dada potestad de atar y desatar los pecados; y él, en sus sucesores, vive y juzga hasta el presente y siempre” (Año 431, Concilio de Éfeso, 431. Discurso de Felipe, Legado del Romano Pontífice, en la sesión III).

     También el concilio de Calcedonia: 

    ¡Esta es la fe de los Padres! ¡Esta es la fe de los apóstoles! ¡Debemos creerla! ¡Todos creemos así, los ortodoxos creen así! ¡Anatemas a quien no la cree! Pedro nos ha hablado por boca de León. Esta es la verdadera Fe.” (Concilio de Calcedonia, Actas del Concilio, Sesión 2.). 

    Por qué el santísimo y bienaventurado León, arzobispo de la gran y antigua Roma, a través de nosotros, y a través del presente Sacrosanto Sínodo, junto con el tres veces bienaventurado y todo glorioso Pedro, el Apóstol que es la roca y fundación de la Iglesia Católica, y la fundación de la fe ortodoxa.. .” (Concilio de Calcedonia, Actas del Concilio, Sesión 3.) 

B.     Y en el renacimiento tenemos la Bula papal Quia quorundam del 10 de Noviembre de 1324 (párrafo n.2). 

Lo que los pontífices romanos una vez definieron en la fe y la moral con la clave del conocimiento permanece tan inmutable que no se le permite a un sucesor revocarlo 

Cuarta Parte


IV. Sobre que no se puede tener fe ni se puede creer en las escrituras ni se podría afirmar con seguridad la existencia y reencarnación de Jesús si se sigue manteniendo alguna de estas tres posturas:


A.     "La doctrina de la infalibilidad del magisterio es falsa". Esto porque la misma enseñanza de Jesucristo, los Apóstoles, los padres de la Iglesia, los concilios ecuménicos y el Magisterio de la Iglesia enseñan esta verdad. Si esto fuese falso, entonces sería falso que la Iglesia es guiada por el Espíritu Santo, pues sería falso lo que el Señor Jesucristo afirmó sobre la Iglesia: que el Espíritu Santo guiaría en verdad a su Iglesia, y que esta era columna y fundamento de la verdad. Si esto fuera cierto también, tampoco se podría confiar en el Canon de la Biblia que fue definida por la misma Iglesia a la cual le pones en duda la infalibilidad. 

b)     "Es falso que el aborto es una postura antimoral y contra la ley natural de Dios" Se vuelve a lo mismo, si afirmas que esto es falso, afirmarías que es falsa y equivocada la postura de la Iglesia en contra del aborto y que, además la Iglesia no es guiada por el Espíritu Santo y Jesús mintió (terminando en la misma serie de consecuencias que en a) ) 

c)     "Alguien puede ser proaborto y católico sin problema alguno". Como se ha dicho, son totalmente excluyentes. O la Iglesia tiene razón, Jesús la fundó y la guía y la postura proaborto es errónea, o la postura pro-aborto es verdadera y toda la teología Católica y las mismas escrituras son falsas, y no se puede tener certeza ni siquiera de que Jesucristo vino.


Bibliografía y fuentes para profundizar:

http://apologeticacatolica.org/Primado/PrimadoN06.html

http://mb-soft.com/believe/tsnm/infallib.htm

https://web.archive.org/web/20071204040007/http://www.multimedios.org/docs2/d001092/p000020.htm#h6

http://apologeticacatolica.org/Primado/PrimadoN09.html#_ednref3

https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/28-6-2016/san-ireneo-de-lyon/

https://www.franciscan-archive.org/bullarium/qquor-e.html

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