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Cambio, Acto y Potencia: Una profundización en estos conceptos.


    Como mencioné en el artículo anterior, hay algunas posturas contrarias a las ideas de permanencia o unidad y diferencia o multiplicidad; mencioné que quienes las propusieron fueron Parménides y Zenón -ambos de Elea- por una parte, y Heráclito y Crátilo -ambos de Éfeso- por otra. En lo personal, considero que siempre es importante introducirse un poco en esas posturas antes de pasar a los conceptos de cambio, acto y potencia, desarrollados por Aristóteles -y por tradición se hace así-. Y esto porque, al parecer, Aristóteles los desarrolló como respuesta a los problemas filosóficos que aquellos habían planteado, y como aquí pretendo centrarme en explicar ampliamente los conceptos de acto y potencia, no entraré demasiado en las posturas de aquellos, sino lo que yo considere lo necesario. Creo que esto se ha detallado muy bien en algunos videos disponibles en YouTube, y otros libros que pondré en la Bibliografía al final de este artículo.

    Otra cosa que debo aclarar, es que estos filósofos cuando hablan de "movimiento" no se refieren simplemente a la traslación (cambios locales) de un lugar a otro, sino que hablan del cambio en general, pues también se refieren con movimiento a la generación y corrupción, cambios cuantitativos y cualitativos. Por lo que en el vocabulario aristotélico-tomista, el movimiento tiene un carácter más general, es lo mismo que lo que nosotros entendemos por cambio.

Índice


1. Parménides y Heráclito: Negación del cambio y de la Permanencia.

    Negación del cambio.

    Parménides de Elea, como se mencionó en un artículo anterior, llegó a negar la existencia del cambio y la multiplicidad; Guillermo Fraile, en su obra "Historia de la Filosofía I", menciona que aquel hace distinción entre el conocimiento sensible (el que nos proporciona los sentidos): que es engañoso y de mera opinión; y el conocimiento racional: el único que proporciona verdad (Guillermo Fraile, 1997). Su postura es denominada monismo estático. Parménides considera  tres aptitudes ante lo que existe, ante el ser -lo que es-, afirmará que las primeras dos son falsas, y la tercera es la única verdad:

    Que el "no ser" existe. Para Parménides esta afirmación es errónea, pues no es posible que el "no ser exista" , por lo que no puede haber multiplicidad en las cosas: si existiese a y b como cosas distintas, entonces a no sería b, y b no sería a; pero como no existe el "no ser", no es posible que existan múltiples cosas; por lo que solo existe lo que es, como algo único e indivisible. 

    Ante esto, Zenón de Elea, discípulo de Parménides, pone una de sus paradojas para fundamentar la idea (Feser, 2019): a) Supongamos que nuestros sentidos nos proporcionan conocimiento verdadero. b) Nuestros sentidos nos dicen que hay múltiples cosas de distintos tamaños. c) Si a y b son ciertos, entonces que hay múltiples cosas de diversos tamaños, es un conocimiento verdadero. d) Pero todo lo que tiene un tamaño, puede dividirse en otras partes más pequeñas y estas partes en otras más pequeñas, así ad infinitum. e) Entonces estas cosas tendrían una infinita cantidad de partes. f) Pero como el todo es más grande que sus partes, es decir, el compuesto es más grande en tanto tenga más partes, entonces algo con infinitas partes tendrá un tamaño infinito. g) Entonces todas las cosas tendrían un tamaño infinito, luego, c) es falso, y no sería posible que hayan múltiples cosas. h) Por lo que, a) también debe ser falso. 

    Que "el ser" existe y no existe a la vez. También se considera una postura errónea, porque no es posible que el ser exista y no exista a la vez, por ley del tercero excluido, es decir, no existe el movimiento -el cambio-, . Que considere que haya algo como "un yo" que vaya creciendo y cambiando físicamente conforme transcurran los años implicaría que yo existo -es decir el ser exista- y a la vez no existan mis características anteriores -es decir, el ser no exista-; por lo que no puede existir el cambio de ninguna forma.

    Nuevamente Zenón de Elea trae una paradoja para intentar respaldar estas ideas(íbid): a) Supongamos que nuestros sentidos nos dan conocimiento verdadero. b) Nuestros sentidos nos dicen que el cambio existe: vemos que para trasladarnos, necesitamos cambiar de posición desde un punto hasta llegar a alcanzar nuestro objetivo. c) Si a) y b) son verdaderos entonces que existe el cambio es conocimiento verdadero. d) Pero para lograr trasladarnos hasta nuestro objetivo, necesitamos llegar a la mitad del trayecto, pero antes necesitamos recorrer un cuarto del trayecto y así ad infinitum. e) Luego, tendríamos que recorrer infinitas partes del trayecto antes de llegar al objetivo. f) Luego, c es falso: no se puede cambiar de posición de un punto a otro. g) Entonces a) es falso.

       Que solamente "el ser" existe. Dado que las demás posturas son falsas -según Parménides y Zenón de Elea-, entonces solo puede existir "el ser", que es único, no múltiple ni divisible, además es inmutable y eterno.

Negación de la permanencia.

    De Heráclito de Éfeso, se sabe que también hizo distinción entre el conocimiento verdadero que nos proporciona la razón, y la mera opinión que nos proporcionan los sentidos. Hay que considerar (Guillermo Fraile, 1997) que:

No obstante, su desconfianza en los sentidos no es absoluta. Los sentidos son necesarios para adquirir sabiduría. Pero siempre su testimonio debe corregirse por la razón, que es la única capaz de conocer la verdad del Ser uno en perpetuo movimiento y de conocer la Razón que gobierna las cosas.

    Para Heráclito, contrario a lo que dice Parménides, son los sentidos los que nos hacen creer que existen seres fijos y estables, algo como una piedra, un "yo", cuando más bien lo único que existe es un sólo ser en perpetuo movimiento: todo fluye, se está haciendo y, en este continuo hacerse y deshacerse (íbid), a pesar de todo, Heráclito si consideraba que había cierta estabilidad en las cosas. Se le atribuye la frase "nadie baja dos veces al mismo río"(Plutarco, La E de Delfos, XVIII), pues por el flujo y constante cambio de las cosas, no sería el mismo hombre ni el mismo río. A la postura heraclítea se le denomina monismo dinámico. Sin embargo, Crátilo -posible discípulo de Heráclito- va aún más lejos dice Aristóteles (Metafísica, libro IV, 5, 1010a): 

Crátilo, que llegaba hasta creer que no es preciso decir nada. Se contentaba con mover un dedo, y consideraba como reo de un crimen a Heráclito, por haber dicho que no se pasa dos veces un mismo río; en su opinión, no se pasa ni una sola vez.

 

2. La respuesta de Aristóteles.

    El filósofo Edwar Feser (Feser, 2019) explica las respuestas que da Aristóteles a estas dos posturas. En primer instancia a) mediante reductio ad absurdum se detalla como estas dos posturas son inconsistentes consigo mismas, y después b) explica en qué fallan.

a) Reductio ad absurdum

    Si la postura de Heráclito -y Crátilo- fuesen verdaderas, se encontraría con el problema de que no habría alguna permanencia asociada con Heráclito, sino, por ejemplo el constante cambio de colección de pensamientos, el heraclíteo que estuviese en una premisa, no sería el mismo heraclíteo en el instante en que considere la segunda premisa de su argumentación, por lo que le sería incapaz de lograr dar alguna argumentación.

    Por otra parte, si Parménides y Zenón de Elea tuviesen razón, cualquier persona se encontraría con que tendría que pasar entre varias premisas para llegar a alguna conclusión, además, pasaría de creer que el cambio es posible a creer que el cambio es imposible, haría también una distinción entre el conocimiento verdadero proporcionado por la razón y el conocimiento sensible; pero estas cosas implicarían cambio y multiplicidad, y esto contradeciría su postura. 

b) El error.

    Como se explicó en el artículo sobre la ley natural, el error está al no distinguir entre la potencialidad (ser en potencia) y la actualidad (ser en acto) de las cosas. Para distinguirlo, Feser nos dio este ejemplo: el agua hecha un cubo de hielo, está actualmente congelada, pero tiene la potencialidad de ser un charco caliente. Cuando el hielo es expuesto al sol, su potencialidad es actualizada y llega a ser actualmente un charco caliente. Nótese que la potencialidad de ser un charco es algo realmente presente en la cosa, puesto que el hecho de que el agua hecha actualmente un cubo de hielo es potencialmente un charco, es verdadero incluso si no es expuesta al sol. Así también un bloque de mármol tiene la potencialidad de ser una estatua, pero mientras no sea actualizado, es actualmente un bloque de mármol. Entonces, el cambio no es el paso del no ser al ser, sino el paso de la potencia al acto; así también la multiplicidad puede ser entendida como las diferentes potencialidades y actualidades de las cosas; un lápiz que está actualmente a mi izquierda se distingue de otro que está actualmente a la derecha. 

    Hay que tener claro el uso de los términos antes de proseguir, cuando hablamos de un cubo de mármol, por ejemplo, diremos que es un cubo de mármol en acto, que es lo mismo que decir que es actualmente un cubo de mármol; además del mismo diremos que es una estatua en potencia, lo mismo que decir que es potencialmente una estatua, no se sorprenda el lector si varío entre una forma de decirlo (actualidadpotencialidad) y otra (acto y potencia), puesto que son lo mismo. Es muy importante entender que la potencia es lo mismo que la potencialidad, en cuanto quiere expresar pasividad, es decir, la capacidad de ser movido, cambiado o determinado (Feser, 2014); pero en jerga aristotélica-tomista, también está la potencialidad de provocar un efecto, que es a lo que se le llama la potencia activa, que en vez de expresar potencialidad, se refiere al poder, como se detallará más adelante.
    Por otra parte, hay que diferenciar el aspecto ontológico del aspecto lógico, podemos hablar de forma lógica, cuando hablamos de forma abstracta de "acto" y "potencia" -o posibilidad-; pero desde el punto de vista ontológico, el acto y potencia existe en los seres, hay seres en acto y hay seres en potencia.

    Entendido esto, la primer paradoja de Zenón se equivoca al creer que todas las partes del todo se encuentran actualmente presentes (Feser, 2019), algo de cierto tamaño puede dividirse en varias partes, pero mientras esto no sea hecho, sólo están presentes potencialmente. Así también la segunda paradoja se equivoca al no hacer esta distinción: cada parte del trayecto está ahí sólo potencialmente, pero, dado que la distancia actualmente presente y la que estará actualmente presente por cada movimiento es finita, la paradoja desaparece (íbid).


3. Consideraciones sobre el acto y la potencia.

La actualidad es más fundamental que la potencialidad.

    Por otra parte, la postura de Heráclito se equivoca al ignorar que la actualidad es más fundamental que la potencialidad de las cosas, y esta se funda en la primera (íbid). Que el agua hecha un cubo de hielo es potencialmente un charco, se debe al hecho de que es actualmente agua. Si fuese un cubo de madera, por ejemplo, no tendría tal potencialidad. Y si no hubiese ninguna estabilidad representada por las cosas en acto, entonces no habría ninguna potencialidad en las cosas para que suceda el cambio.  

Nada puede estar en acto y potencia a la vez en un mismo sentido, pero sí en distintos sentidos.

    Lógicamente, por ley del tercero excluido, no es posible que algo esté en acto y en potencia en un mismo sentido, por ejemplo, no es posible que un cubo de hielo tenga la potencialidad de estar derretido y a su vez esté actualmente derretido. Si tiene la posibilidad de derretirse, es porque obviamente no se a derretido; no podemos decir que algo que está actualmente derretido tenga la potencialidad de derretirse. Pero sí podemos afirmar que está en acto y en potencia si hablamos en distintos sentidos, podemos decir que aquella agua está actualmente hecha un cubo de hielo, y al mismo tiempo es potencialmente un charco.

La potencia no es probabilidad. 

    Aquí la potencia de las cosas no es entendida como una mera probabilidad de que algo suceda, más bien, que un bloque de mármol tenga una alta probabilidad de llegar a ser una escultura en acto, requiere como pre-condición que el bloque de mármol sea una escultura en potencia. Son dos cosas distintas, otro ejemplo para ilustrarlo mejor es el cubo de hielo: un cubo de hielo expuesto al sol y altas temperaturas tiene una alta probabilidad de ser un charco de agua en acto, pero un cubo de hielo en la antártica o encerrada en algún contenedor a muy bajas temperaturas podría tener probabilidades muy bajas o casi nulas de ser un charco, pero seguirá siendo verdad que es un charco en potencia. seguirá teniendo la potencialidad de ser un charco de agua.

La potencialidad se orienta al acto.

    Esto también tiene implicaciones teleológicas(íbid), hay que recordar que la teleología -no confundir con teología- simplemente dice que las cosas tienen orientaciones propias a producir ciertos efectos. De este modo, toda potencia está orientada a su propio fin, que es su propio acto; un animal que está actualmente viendo, lo hace porque previamente tenía la potencialidad  de ver, esa potencialidad está orientada a su acto.

Se necesita de un "motor" anterior, para generar el cambio.

    Se dijo en la introducción que "movimiento" tenía un carácter más general, y es lo mismo que decir "cambio", en ese aspecto, "motor" sería lo mismo que "cambiador",  pero creo que se capta mejor el concepto si hablamos de "motor" y "movimiento", en vez de "cambiador" y "cambio". Sólo hay que tener en mente esto: en términos Aristotélicos-Tomistas, es exactamente lo mismo lo que es el motor al movimiento, que lo que es el "cambiador" al cambio.

    En este sentido, para que algo pueda moverse, pasar del acto a la potencia, se requiere de otra cosa que ya esté en acto. Para que el agua hecha un cubo de hielo, que es potencialmente un charco de agua, pase a ser actualmente un charco de agua; se requiere que algo esté actualmente calentando -por ejemplo, un microondas- que fuese el motor que genere el movimiento. Para que el bloque de mármol, pase de ser potencialmente una estatua a ser actualmente una estatua,  se necesita de algo que ya esté actualmente esculpiéndola -podría ser el escultor, o una máquina-, que fuese el motor que genere ese movimiento. Así mismo para que ciertos motores estén en acto, se requiere de otros que los hayan puesto en movimiento, etc...

    Esto también está ligado al principio de causalidad proporcional, que se verá en otro artículo; este dice que todo lo que esté en un efecto, debe pre-existir de alguna manera en la causa total: virtualmente, formalmente o de manera eminente. Siguiendo los ejemplos, anteriores, en el agua después de que el hielo se derritiera, está el calor, y existe de forma eminente en el microondas, porque hay algo más eminente o mayor que el calor del agua: el poder producir calor; y en la estatua podemos decir que lo que en ella existe, también existe de forma virtual en la causa, porque aunque su efecto no se parezca a él, de alguna forma implica al efecto, -la estatua- (James, 1911.), que estaría de alguna manera en la mente del escultor.

Potencia activa y potencia pasiva son dos cosas distintas.
    Como se dijo anteriormente, una cosa es la potencialidad de ser algo -ser en acto- y otra es es el poder afectar en las cosas (Feser, 2014). La potencia activa "es aquella que es principio de cambio o movimiento en otro en cuanto es otro", y la potencia pasiva es el "principio por el que a algo le acontece el ser movido o padecer por otro" (Ana, la prioridad de la potencia). Nuestro bloque de mármol tiene la potencia pasiva de ser una esfera en acto, mientras que el escultor tiene la potencia activa, en tanto la esté modificando.

El acto es la perfección.  

   Se debe agregar que el acto es perfección, pues por perfecto nos referimos a lo que está plenamente hecho; es decir, aquello que no quede completamente en acto, lo calificaremos como imperfecto. Siguiendo con nuestro bloque de mármol, que es una estatua en potencia; si lo que el escultor quiere hacer es una esfera, diremos que es una esfera perfecta en tanto que tenga la redondez propia de ellas, y será imperfecta en la medida en que no lo tenga; también será perfecta en la medida en que se asemeje a la forma que el escultor quiera darle, y será imperfecta en la medida en que no la tenga. Si el feto de perro tiene la potencialidad de desarrollar las características propias de un perro -tener cuatro patas, por ejemplo-, si solo naciera con tres o perdiera una, diremos que es un perro imperfecto mientras no llegue a tener actualmente las cuatro patas, que es la característica propia de un perro. 

    En los ejemplos dados, se habla de ciertos modos de ser perfecto; pues sabemos que las cosas pueden ser perfectas respecto a algo, pero imperfectas respecto a otras, sin embargo, es posible que hayan cosas perfectas de forma absoluta. En otro artículo me dedicaré a ampliarme en el tema de la perfección.

El acto es un fin y un bien. 

    Definiré por bien aquello a lo que las cosas tienen orientación, a su fin, aunque suene extraño esa es la definición que aquí se usará (ST,  Ia, q.6, a.1). En el artículo sobre la ley natural se habló de que todo tiene una orientación hacia un fin, es decir, hacia su propio efecto: pues de lo contrario, si no hubiese una serie de causas -o condiciones- orientadas a producir cierto efecto, existirían infinitas cosas con infinitos modos de ser, o ninguno existiría (porque nuevamente, nada los condicionaría). Lo mismo del acto y la potencia, toda potencia tiene una relación con su propio acto y estaría orientada a ese acto, como se dijo, por eso el acto es un fin; y además, un bien.

Hilemorfismo: Forma y Materia.

    En el artículo anterior también se habló de un ejemplo dado por Edwar Feser (Feser, 2019), para explicar la teoría del hilemorfismo de Aristóteles, es decir, que las cosas sensibles están compuestas de materia y de forma -es necesario desprenderse de la concepción de materia que da la física moderna, no porque la considere errónea, sino por el diferente significado que poseen-. Consideremos la tinta en un marcador de pizarra que está actualmente en estado líquido, esta tiene la potencialidad de secarse bajo la forma de un triángulo en la pizarra; cuando lo dibujas, ese potencial es actualizado, ahora la tinta tiene otras potencialidades, como ser actualizada en forma de partículas de polvo al pasarle un borrador.

    La tinta, nos explica Feser, es una potencia -o un sustrato- determinable  que subyace todas las potencialidades; y hay una serie de patrones determinantes (estar seca, líquida, con forma triangular) que el sustrato toma mientras las potencialidades son actualizadas. El sustrato determinable es lo que se denomina materia, y a los patrones determinantes se les denomina forma.

    Esta potencia, es decir, el sustrato determinable, no es la nada, porque de la nada, nada sale como dijo Parménides, y dijimos que la potencialidad es algo realmente presente en las cosas. Tampoco es la privación de una forma (esa potencia determinable en el bloque de mármol para ser una estatua, no es la privación de la forma de una estatua). Tampoco es un acto imperfecto: la potencia determinable en un bloque de mármol de ser una estatua, no es una estatua a medio hacer ni una estatua imperfecta. Es la capacidad de recibir las formas o patrones determinantes(La síntesis Tomista, 1946).

    Siguiendo el ejemplo, la triangularidad -la forma- que puede tomar la materia es en sí perfecta; mientras que la materia solo puede ser más o menos aproximada a esa perfección cuando toma esa forma. Decimos que, un triangulo dibujado en el tosco asiento trasero de un autobús, es un mal e imperfecto triangulo, mientras que, el triángulo que puedes dibujar con alguna regla y otras herramientas es uno mejor y más perfecto, por estar más aproximado a su forma. Es la materia un caso especial de potencialidad y su forma un caso especial de actualidad. Y como se dijo anteriormente, la medida en que la potencialidad de una cosa esté actualizada, es proporcionalmente directa con la perfección de aquella cosa, según se aproxime a su forma, que viene a representar el acto.

    Este es un tema bastante amplio y en verdad bastante complejo, sin embargo aquí se hizo el mejor esfuerzo posible para resumirlo y explicarlo de la mejor forma posible. Este tema tiene gran importancia para seguir desarrollando el tema de la ley natural, la existencia de Dios y sus atributos, la existencia del alma, etc... es parte del núcleo de la filosofía Aristotélica-Tomista. Por lo que se irán tocando los demás temas mencionados tratando de buscar un orden, explicando los conceptos poco a poco. En la Bibliografía hay bastantes fuentes para profundizar en estos temas, recomiendo especialmente los videos de Enric, que se encuentran en su canal Adictos a la filosofía (los links están abajo) para quien guste profundizar o comprender mejor estos temas, pues fue gracias a él que pude tener una mejor comprensión -aunque no perfecta- de estos conceptos.

4. Bibliografía.


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Gilson, E. (1943). El tomismo. Descleé, de Brouwer.

Guillermo Fraile, O. (1997). Historia de la Filosofía I: Grecia y Roma. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.

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Reale, G. (1985). Introducción a Aristóteles. Barcelona: Editorial Herder.

 

 

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